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L a P e d r @ d a

Ni Raúl Rivero es inocente ni ha sido Cuba quién ha “movido ficha”

Quizá los representantes del gobierno español estén actuando sólo como avanzadilla europea

Tiempo de Cuba


La concesión de una “licencia extrapenal” indefinida al contrarrevolucionario cubano Raúl Rivero está siendo presentada como cortina de humo que pretende inútilmente esconder la propia realidad.

Moneda de cambio en una más que probable negociación política, no ha sido su dudoso prestigio, adquirido como anticubano y no como escritor, ni la campaña orquestada por la derecha y los medios sumisos a EEUU, lo que ha provocado su excarcelación.

Pobres e increíbles argumentos justificaron esa campaña. No podía estar encarcelado por padecer enfisema pulmonar, una enfermedad crónica que afecta, en mayor o menor grado a todos los fumadores de su edad y que en muchos casos no precisa tratamiento médico. O que carecía de gafas de sol y la luz reflejada en paredes blancas, estaba lesionando sus ojos.

Cualquier persona sencilla puede deducir, considerando donde se encontraba este hombre, que en Cuba la mayoría de la población es ciega. Pero el propio Rivero, torpemente, arrojó algo de luz , de esa que tanto le molesta, a este montaje exclamando al salir de prisión: “me encuentro bien de salud” y atribuyendo su liberación a las gestiones del gobierno español.

Raúl Rivero, que dice querer ayudar a los cubanos impulsando los criminales planes intervencionistas y anexionistas de EEUU contra su país, fue condenado en 2003 por conspirar con EEUU contra la independencia de Cuba. No estaba en la cárcel por publicar artículos, ni por ser miembro de un grupo político-económico de Miami. Estaba encarcelado por trabajar a salario a las ordenes de una potencia enemiga, en el marco de una agresión global de EEUU contra Cuba.

Pero el fondo de los hechos no es la excarcelación de Rivero, ni es uno de sus ejes centrales el que cierta apertura de Cuba posibilite ahora que la Unión Europea "la perdone un poco”. El centro del asunto es otro.

Quizá los representantes del gobierno español estén actuando sólo como avanzadilla europea. Porque en realidad es la inútil e injusta política europea hacia Cuba la que ha demostrado su total ineficacia y la que está siendo cuestionada, no ya por un movimiento de solidaridad extendido en toda Europa, también por variados grupos sociales y políticos, parlamentarios, instituciones, incluso por no pocos empresarios y diplomáticos.

La Unión Europea ha empezado a modificar su posición agresiva contra Cuba, impulsada por Aznar y Berlusconi, eso es lo que ha empezado a producirse y es lo que Cuba venia reclamando. Si esa línea se profundiza probablemente se vuelva, al menos inicialmente, en Europa a la a la situación anterior a las sanciones y en el Estado español a la anterior a Aznar. Nada más y nada menos.

Aquellos que, legítimamente desde posiciones progresistas, temen que Cuba haya emprendido un camino equivocado y los que, algunos sin saberlo, trabajan a favor de EEUU y ven una muestra de retroceso, deben argumentar sus conclusiones.

La pantalla que nos han puesto con los supuestos disidentes, puede que no haya sido una prueba demasiado difícil para la no bien conocida habilidad política de la dirección cubana. Cuba acaba de demostrar que sin agresiones, puede dialogar y aceptar los retos actuales de las relaciones internacionales.

Quizá los que nos dicen que mandan en Europa hayan montado todo esto sólo para, una vez más, no decir lo que hacen, y para esconderse un poco, sobre todo de sus viles jefes del Pentágono."

Declaración del Gobierno Revolucionario Cubano (II)

La Pedrada

A pesar de las reiteradas alertas de Cuba, la presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, ha procedido, de manera artera y vergonzosa, a firmar el Decreto 317, de fecha 25 de agosto, mediante el cual se indulta a los cuatro terroristas de origen cubano detenidos, enjuiciados y condenados en Panamá por planificar un atentado contra el Presidente Fidel Castro en noviembre del año 2000.

Este Decreto fue ejecutado en la madrugada de hoy, solo pocas horas después de que nuestro Embajador, el compañero Carlos Zamora Rodríguez, abandonara el territorio panameño luego de ser expulsado por las autoridades de Panamá en el marco de una maniobra destinada a crear las condiciones para la liberación de los terroristas Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez Escobedo, Guillermo Novo Sampoll y Pedro Remón Rodríguez.

Este Decreto confirma la seriedad y veracidad de las denuncias de Cuba, que desde el propio momento en que fueran detenidos el 17 de noviembre del año 2000, ha venido alertando a las autoridades panameñas, tanto públicamente como a través de los canales diplomáticos, sobre las graves consecuencias que tendría para la credibilidad de Panamá el que los terroristas fuesen liberados de una u otra forma. Estas denuncias de Cuba fueron más directas a partir del pasado 14 de agosto, cuando nuestro Gobierno tuvo la certeza, a partir de las precisas y exactas informaciones disponibles, de que los terroristas serían indultados por la Presidenta saliente de Panamá.

Esta última acción de la presidenta Moscoso, en contubernio con el Gobierno de los Estados Unidos y con la mafia terrorista de Miami, a tan solo una semana de concluir su mandato presidencial, es la culminación del proceso de comprometimiento con el terrorismo contra Cuba y de protección de los citados terroristas de origen cubano que se inició el 10 de abril del año 2001, cuando la propia Presidenta de Panamá, mediante las Resoluciones Ejecutivas 58, 59, 60 y 61, rechazó la justa y bien fundamentada solicitud de extradición contra los cuatro terroristas presentada por nuestro Gobierno el 12 de enero del año 2001, cumpliendo todos los requisitos que para tales actos exigen la legislación panameña y los instrumentos internacionales en vigor.

La aceptación de dicha solicitud hubiera permitido que se les juzgara por los crímenes que durante décadas han cometido contra nuestro pueblo, y que tanto luto y sufrimiento han provocado a las familias cubanas.

Vale recordar que, entre otras muchas acciones terroristas, Luis Posada Carriles es el responsable directo de la destrucción en pleno vuelo, en 1976, de un avión de Cubana de Aviación en que perdieron la vida 73 personas; de la campaña con bombas contra hoteles cubanos a finales de la década de 1990, que costara la vida al joven turista italiano Fabio di Celmo; y de múltiples planes de asesinato de nuestro Comandante en Jefe. Posada Carriles es prófugo de la justicia venezolana.

Gaspar Jiménez Escobedo, entre numerosos crímenes, asesinó al técnico pesquero cubano Artañán Díaz Díaz en México, a la par que también participara en la preparación de los atentados con bombas contra hoteles cubanos y en el entrenamiento de los mercenarios que fueran reclutados para tales acciones terroristas. Jiménez Escobedo fue prófugo de la justicia mexicana, tras ser procesado por tráfico de explosivos y drogas.

Guillermo Novo Sampoll, además de ser culpable de la colocación de artefactos explosivos en embajadas de Cuba, en aeronaves y embarcaciones de países que realizan intercambios económicos con Cuba, hasta el punto de que hoy podría ser reclamado por numerosos países fue, al servicio de la DINA chilena del sanguinario dictador Augusto Pinochet, uno de los asesinos de Orlando Letelier, canciller del Gobierno de la Unidad Popular, en un atentado realizado en Washington. Además, Novo Sampoll está involucrado directamente en la preparación de terroristas procedentes del territorio de los Estados Unidos que fueran capturados en Cuba en el año 2001 luego de haber desembarcado en nuestras costas con el objetivo de actuar contra instalaciones civiles y turísticas en nuestro país.

Pedro Remón Rodríguez, fue el asesino, en Nueva York, del diplomático cubano Félix García Rodríguez, el 11 de septiembre de 1980, y del emigrado cubano José Eulalio Negrín, a la par que colocó bombas en la sede de la Misión Permanente de Cuba ante la ONU a fines de 1979, y atentó contra la vida del Embajador cubano ante las Naciones Unidas pocos meses después.

Esa es la calaña de los terroristas internacionales que acaban de ser indultados por la Presidenta de Panamá, sin tener en cuenta, siquiera, que el proceso judicial que se seguía contra ellos no había concluido. El tribunal panameño que juzgó a los terroristas por la planificación del atentado contra nuestro Comandante en Jefe en el año 2000, condenó a Luis Posada Carriles y Gaspar Jiménez Escobedo a 8 años de privación libertad, y a Pedro Remón y Guillermo Novo Sampoll a 7 años, condenas contra las cuales apelaron los abogados que representan a las organizaciones obreras, estudiantiles e indígenas panameñas, dado que no se corresponden con la gravedad del delito cometido y además por las irregularidades del propio proceso.

La presidenta Moscoso no esperó siquiera a que los tribunales superiores panameños dictaminaran sobre el proceso de apelación, lo que constituye, además de una violación de la legislación panameña, una flagrante falta de respeto al Poder Judicial de su propio país.

Asimismo, como expresa el comunicado emitido en la mañana de hoy por el Ministerio de Gobierno y Justicia de la República de Panamá al anunciar la firma del Decreto 317 por la presidenta Moscoso mediante el cual indulta a los cuatro terroristas, la Constitución de la República de Panamá, en su Artículo 179, autoriza a "decretar indultos por delitos políticos, rebajar penas y conceder libertad condicional a reos de delitos comunes".

¿Es que acaso la presidenta Mireya Moscoso considera que el terrorismo es un "delito político"? Los delitos por los que los terroristas fueron juzgados y condenados por un tribunal panameño, nada tienen que ver con los "delitos políticos". Los cuatro terroristas hoy indultados por la Presidenta de Panamá, no son más que viles delincuentes comunes, terroristas y mercenarios, que al intentar el asesinato del compañero Fidel, habrían también provocado la muerte de centenares de hijos del pueblo panameño.

Por tanto, Cuba reitera que el indulto dictado por la presidenta Moscoso no solo es violatorio de la legislación panameña, sino también de los instrumentos internacionales contra el terrorismo suscritos por la República de Panamá. Constituye una afrenta a las víctimas del terrorismo y a sus familiares, y convierte a la Presidenta de Panamá en cómplice del terrorismo y responsable de la impunidad de los cuatro asesinos.

El Gobierno Revolucionario recuerda que en su nota oficial del día 22 de agosto ya anunciaba que el indulto a los terroristas provocaría la ruptura automática de las relaciones diplomáticas entre los dos países, alerta que fuera reiterada en la nota publicada ayer 25 de agosto.

Por tanto, en cumplimiento del acuerdo del Consejo de Estado, el Gobierno Revolucionario anuncia que a partir de este minuto, 4:15 p.m., quedan rotas por tiempo indefinido las relaciones diplomáticas entre la República de Cuba y la República de Panamá, un Estado que ha demostrado ser incapaz de evitar la monstruosa acción que acaba de realizarse contra el pueblo de Cuba.

La Presidenta de Panamá, cómplice y protectora del terrorismo, cargará con la responsabilidad histórica de esta acción repugnante y traicionera, y será igualmente responsable de los nuevos crímenes que estos execrables asesinos puedan cometer en el futuro.

El Gobierno Revolucionario de Cuba

¿Qué hay detrás de la reciente crisis diplomática entre Panamá y Cuba?

Terrorismo y doble moral

Angel Guerra Cabrera
La Jornada


¿Qué hay detrás de la reciente crisis diplomática entre Panamá y Cuba? ¿Por qué el gobierno de Mireya Moscoso retiró a su representante en La Habana y expulsó al embajador cubano de su país? La señora Mireya cedió, es cierto, ante las exigencias de Washington y Miami sobre el proceso judicial contra terroristas de origen cubano en la nación istmeña y con su irresponsabilidad y ligereza llevó a la actual crisis, pero es desde esas dos ciudades que esta se ha gestado.
Nadie juicioso cuestionaría a la Casa Blanca de George W. Bush su condición de medallista de oro en la practica del terrorismo de Estado, pero sobre todo en la doble moral que aplica en su peculiar guerra contra el terrorismo, cuyo ejemplo más evidente es el caso de Cuba. Es una verdad de Perogrullo la responsabilidad de la gran potencia en la campaña de terrorismo contra la isla por más de cuatro décadas, cuyos operativos e instigadores radican en Miami. Pero pocas administraciones de ese país han hecho tanto como las de Bush –padre e hijo- por proporcionarles impunidad. Fidel Castro denunció en la Cumbre Iberoamericana de Panamá en 2000 la presencia de un grupo de terroristas de origen cubano que atentaría contra su vida. Los cuerpos de seguridad locales detuvieron a los sujetos y rápidamente se filtró a los medios de difusión su plan para volar con 9 kilos de explosivo C-4 el paraninfo de la Universidad de Panamá mientras el líder cubano se dirigía a una audiencia de cientos de estudiantes, académicos, activistas sindicales e indígenas. Desde entonces el proceso seguido contra los terroristas ha estado sujeto a constantes presiones políticas y mediáticas desde Washington y Miami, que han hecho esfumarse pruebas y graves delitos. El propósito parecía ser impedir que fueran condenados o, en todo caso, facilitar su fuga, como ya ocurrió en Venezuela y México con algunos de los ahora detenidos después de perpetrar acciones semejantes. Pero desde hace unas semanas se supo en Miami –y, por lo tanto, en La Habana- que Moscoso había hecho el compromiso con la mafia contrarrevolucionaria de otorgarles el perdón antes de que expirara su mandato.

También trascendió la noticia de una solicitud, con inocultable tufo electoral, formulada a la presidenta panameña en ese mismo sentido por el secretario de Estado Collin Powell. Sorprendida in fraganti por la denuncia del gobierno cubano a la infamia que tramaba, la señora Mireya optó por huir hacia delante y crear la crisis en curso. Ha llegado a decir que aunque no lo había decidido antes, “ahora sí” –en plan de venganza se entiende- está pensando en perdonar a los terroristas.

Son ellos Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez Escobedo, Pedro Remón y Guillermo Novo. Posada, jefe del grupo es, al igual que los restantes, operativo de la CIA desde la década de los sesenta. Participó en la frustrada invasión de Bahía de Cochinos. Con posterioridad fue colocado por la compañía en un puesto clave de la policía secreta venezolana, cargo desde el cual organizó y dirigió la voladura de un avión de Cubana de Aviación con 73 pasajeros a bordo. Más tarde fue uno de los principales operativos en la represión de los movimientos guerrilleros en El Salvador y Guatemala y hombre de confianza de Oliver North en el Irán-contras(canje de armas por drogas para la contra nicaragüense).

Posada, a la sombra del entonces presidente Francisco Flores, íntimo de Bush y Aznar, creó un santuario terrorista en El Salvador desde donde dirigió la serie de atentados contra instalaciones turísticas cubanas en 1998. Jiménez ha intervenido junto a Posada en numerosos intentos de asesinar a Fidel Castro y ultimó en México al técnico de pesca cubano Artagnan Díaz; Remón asesinó en Nueva York al diplomático isleño Félix García y Novo es el ejecutor del ex canciller chileno Orlando Letellier. Estos son los personajes que la señora Mireya Moscoso proyecta indultar por razones “humanitarias”.

Afortunadamente Panamá no es Moscoso, cuyo gobierno está desacreditado por su entreguismo, corrupción e ineptitud, como demostraron las últimas elecciones. La presidencia de Moscoso es, en fin de cuentas, un fruto de la invasión yanqui a Panamá, cuya verdadera intención fue castigar al pueblo panameño por atreverse a recuperar el canal con Omar Torrijos al frente. Torrijos sostuvo una cálida amistad con Cuba como parte de una historia en que muy pronto nadie recordará a la señora Moscoso.

aguerra12@prodigy.net.mx

“En este momento Cuba nos necesita especialmente”

“En este momento Cuba nos necesita especialmente”

La Asociación Pablo de la Torriente Brau puede convertirse en una de las más poderosa del planeta
José Daniel Fierro
Rebelión


Recientemente Cuba ha sufrido las consecuencias devastadoras del huracán Charley, que azotó a buena parte del país con vientos de hasta 200 kilómetros por hora. Según los datos ofrecidos por las autoridades caribeñas, los daños ocasionados podrían cifrarse en más de 1.000 millones de dólares.

El huracán afectó a más de 70 mil viviendas del occidente del país, a miles de hectáreas agrícolas y a infraestructuras de los servicios de electricidad, agua y telefonía. Igualmente se vieron perjudicados 798 centros educativos, 312 centros de Salud, 60 instalaciones deportivas y 63 culturales. Una muestra del grado de devastación son los 900 mil metros cúbicos de árboles y follaje recogidos hasta el momento.

En La Habana más de 31 mil viviendas sufrieron desperfectos, y de éstas 469 se derrumbaron en su totalidad. Las autoridades provinciales señalaron que 12.690 personas aún se encuentran evacuadas de sus domicilios.

Y en medio de esta catástrofe, el Portavoz del Departamento de Estado en Washington expresó el pasado 13 de agosto sus condolencias y su solidaridad con el pueblo cubano por el daño causado por el huracán Charley.

No contento con eso, el gobierno estadounidense (con el señor Bush a la cabeza) decidió ‘ayudar humanitariamente’ a Cuba en tan difícil trance. Y para ello destinó una ‘importante’ partida presupuestaria de los fondos públicos del Estado.

Es cierto que no fue tan importante como los más de 50 millones de dólares, que la propia Administración Bush destina a financiar y fomentar la subversión, la disidencia interna y las actividades contra el gobierno cubano. Y que tampoco llegó a los 2 millones de dólares que el Gobierno de José María Aznar pagó a un conocido despacho de abogados de Washington para así situarse mejor en su lucha por conseguir la medalla de oro del Congreso norteamericano.

Entonces ¿de qué cantidad de dinero estamos hablando?

Bueno, el gobierno del país más poderoso del planeta destinó para los cubanos damnificados la insólita cifra de 50 mil dólares (algo menos de 8 millones de las antiguas pesetas). Eso sí, siempre que “el gobierno de Cuba permita la entrega de esta ayuda directamente al pueblo cubano".

Es cierto que una propuesta tan vergonzosa no dejó indiferente al gobierno presidido por Fidel Castro, que calificó de "insultante" y "ofensivo" el ofrecimiento estadounidense. "Ese gesto ignora los daños ocasionados al país por sucesivas administraciones norteamericanas y representa un nuevo insulto y una ofensa a los cientos de miles de familias cubanas que han sufrido los daños de ese fenómeno natural", dijo en un comunicado el Ministerio de Relaciones exteriores cubano. Y añadía que era "un gran cinismo ofrecer tan irrelevante suma mientras el gobierno norteamericano intenta ahogar económicamente al pueblo cubano mediante un criminal bloqueo".

Ante la situación generada por el huracán Charley, la Asociación Pablo de la Torriente Brau (de Madrid) ha abierto una cuenta solidaria para ayudar a la recuperación del pueblo cubano ante esta catástrofe.

Uno de los objetivos de esta asociación podría ser el de superar la ridícula cifra ofrecida por los EE.UU. (algo, ciertamente posible). De este modo, si una sencilla organización puede reunir más medios económicos que el estado más poderoso del planeta, esta misma organización (y cuantas superen o igualen la cifra de 50 mil dólares) podría erigirse, con toda razón, en una de las más importantes del mundo.
La solidaridad no tiene barreras (el imperialismo ya hemos visto que sí), por ello la citada asociación solicita ayuda económica para Cuba y así poner también en vergüenza a la administración Bush.

Para realizar una aportación, el número de cuenta en el se puede depositar es el siguiente:"

La clave de la participación popular

Sociedad civil en Cuba (I): conversando con Isabel Monal

María Julia Mayoral
Granma


La superación de la escisión entre Estado y sociedad civil, considerada por Carlos Marx como rasgo esencial de la sociedad que abandona el capitalismo, tiene en la construcción del socialismo en Cuba una experiencia sólida y valiosa, no exenta de contradicciones y retos.

Para la doctora Isabel Monal, académica titular de la Academia de Ciencias de Cuba, reconocida estudiosa de la obra y del pensamiento de Marx, aceptar la separación entre el cuerpo civil y el mundo de la política en las condiciones del socialismo es, cuando menos, una ingenuidad.

Entre las tesis fundamentales del pensamiento liberal clásico, recuerda, estuvo la división entre Estado y sociedad civil, lo que tuvo una naturaleza revolucionaria, en su época, en el enfrentamiento de la burguesía al régimen feudal. Pero el liberalismo ha sido pragmático: cuando la burguesía necesitó de un Estado fuerte en su desarrollo como clase en el poder, no se detuvo porque tuviera una teoría propia que argumentara lo contrario. Hoy el capital transnacional precisa un Estado mínimo en la periferia del imperialismo, con el objetivo de proseguir su expansión; pero no aplica en las relaciones internacionales las mismas recetas a los países desarrollados.

El socialismo, opina la investigadora, necesita un Estado fuerte y una sociedad civil fuerte, en que cada uno reconozca las funciones del otro, aunque trabajan y actúan por un proyecto común. Para Cuba, enfatiza, es un gran reto cómo continuar superando la escisión entre ambos, con vitalidad revolucionaria, transformadora, en los dos cuerpos.

"Me preocupa que entre los cubanos que trabajan por el proyecto socialista haya quienes ven a la sociedad civil solo como equivalente de Organizaciones No Gubernamentales (ONG); eso, pienso, es un error, una idea nacida del pensamiento liberal actual y que desgraciadamente ha arrastrado a mucha gente de izquierda en el mundo. La sociedad civil abarca, siguiendo a Marx, elementos materiales y espirituales."

Integrante de las directivas de la Sociedad Económica de Amigos del País (la organización no gubernamental más antigua de Cuba) y de la Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas, la doctora Monal recalca que las ONG no solo poseen funciones y tareas específicas, sino también responsabilidades ante la sociedad, y por tanto no pueden convertirse en una especie de trinchera para desde ahí "tirarle" al proceso revolucionario.

Tampoco, agrega, las ONG pueden considerarse como algo exento de críticas; no son ruedas sueltas de la sociedad, se hayan obligadas a responder ante ella por lo que están haciendo.

"Comparada con otras experiencias socialistas, Cuba es la que ha tenido la sociedad civil más fuerte, por la propia naturaleza y práctica cotidiana de la Revolución. Esa vocación de justicia social, de participación popular en las cuestiones de la vida pública deberá ser cada vez más activa, de ello depende la supervivencia y consolidación del proyecto político, social y económico defendido por la mayoría del pueblo; de ello no hay duda."

En estos momentos, comenta, el imperialismo estadounidense expresa en terminología de sociedad civil sus intentos de penetración. Sin embargo, no es algo nuevo, desde que la gran potencia comenzó sus acciones para tratar de destruir a la Revolución hasta hoy, siempre ha apostado a quebrar la unidad y los valores progresistas de nuestra sociedad civil.

"La década de 1960 con sus formidables luchas de clases, finalmente ganadas por las fuerzas revolucionarias, ilustra ese afán constante del Gobierno de Estados Unidos por destruir nuestra Revolución".

No podemos olvidar, entonces, la presencia de ese poderoso enemigo a la hora de analizar la dinámica interna de la sociedad civil cubana y su vínculo con el Estado; ni subvalorar el proceso de comunicación, diálogo e influencias entre las distintas sociedades civiles de los diversos países y de la sociedad civil internacional —de la cual forman parte las grandes transnacionales—, como parte del proceso de globalización caracterizado ahora por su tendencia neoliberal, insiste la también directora de la revista Marx ahora.

"Gramsci (reconocido marxista) afirmaba con muy buen tino que lo importante era que las formas políticas del socialismo fueran funcionales con la sociedad donde llenaban sus funciones específicas. En ese `juego' con los pies en la tierra, la Revolución ha sido capaz de perfeccionarse, y lo deberá seguir haciendo, sin abrirle ni siquiera una ventanita a la contrarrevolución, y sí muchas puertas anchas a la participación popular, expresada en formas diversas."

La sociedad civil cubana es en su aplastante mayoría socialista, portadora de capacidades para desarrollar relaciones sanas y creativas con el Estado. Pero ello no debe conducirnos a obviar las contradicciones ni a desconocer que grupúsculos minoritarios están en contra de ese proyecto de justicia social, participativo y antimperialista que fomentamos, pondera finalmente la doctora Isabel Monal.

Incontables muestras de solidaridad entre panameños

Expresó el embajador Carlos Zamora al regresar anoche a la Patria

Joaquín Rivery Tur


El embajador de Cuba en Panamá, Carlos Zamora, arribó anoche a la Patria y sus primeras palabras fueron para destacar las incontables muestras de solidaridad que se han producido en los últimos días entre panameños y cubanos a raíz de conocerse la intención de la presidenta Mireya Moscoso de indultar al grupo terrorista que encabeza Luis Posada Carriles.

Zamora, recibido en el aeropuerto internacional José Martí por el canciller, Felipe Pérez Roque, los viceministros de Relaciones Exteriores y el Consejo de Dirección del organismo, destacó sobre todo el apoyo panameño producido el fin de semana pasado en el V Encuentro de Solidaridad con Cuba y en las jornadas de oposición tenaz por parte de lo mejor del pueblo del istmo: sus jóvenes, trabajadores, indígenas y gente sencilla a favor de que se haga justicia con los criminales que se disponían a cometer el acto terrorista de atentar contra la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro en ocasión de su asistencia a la Cumbre Iberoamericana celebrada en Panamá en el 2000, que también habría causado la muerte a cientos de panameños.

Inmediatamente, el Embajador leyó una declaración hecha por él en la tarde de ayer, antes de abandonar Panamá, en la que destacó el trabajo durante cinco años junto a panameños de todos los sectores por el fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre ambas naciones.

Recordó al general Omar Torrijos como digno representante del pueblo istmeño y fraterno amigo de Cuba, que siempre actuó con firmeza e hidalguía.

Ante la prensa nacional e internacional acreditada en Cuba, Zamora hizo hincapié en el agradecimiento a todos los panameños que han contribuido a su labor diplomática en interés de incrementar las relaciones bilaterales.

Enfatizó que, de la misma forma que encontró numerosos amigos, también hubo que sortear a aquellos que por las vías más diversas han tratado de entorpecer esos históricos vínculos.

"Ninguna autoridad panameña —subrayó el Embajador— tiene pruebas que permitan acusar al Gobierno cubano de la más mínima injerencia en los asuntos internos de Panamá" y cualquier empeño de acusarnos en ese sentido es "un intento por ocultar las verdaderas motivaciones de una actuación carente de ética y principios".

"¿Cómo se le puede llamar injerencia en los asuntos internos a los reclamos de madres, hijos y esposas cubanas para que no se indulte a terroristas de la peor calaña, cuyos actos costaron la vida a muchos allegados suyos?", se preguntó el hasta hoy jefe de la misión diplomática cubana en Panamá.

Recordó algunos de los numerosos crímenes cometidos por los terroristas que están a punto de ser indultados y aseveró que para el Gobierno y el pueblo de Cuba constituye un deber ineludible lograr que estos terroristas sean sancionados ejemplarmente, como corresponde, por los crímenes cometidos.

"¡Jamás renunciaremos a este legítimo reclamo de justicia!", exclamó.

Finalmente, el Embajador expresó la más absoluta seguridad de que "el pueblo panameño reconoce que la política exterior cubana siempre se ha regido por principios y firmes convicciones, los cuales emanan de la actitud solidaria y desinteresada de la Revolución cubana".

Ni insulto ni indulto: el quid de la cuestión

Julio Yao
El Panamá-América


Si en Panamá existiese aquella práctica en España que no permite a los gobiernos salientes adoptar decisiones serias que pudiesen comprometer las labores de un gobierno entrante, la presidenta Mireya Moscoso no hubiera ordenado retirar al embajador de Panamá en Cuba ni exigido la expulsión del embajador de Cuba en Panamá, Carlos Zamora, en plazo perentorio. Acabo de hablar con el embajador Zamora, quien abandonará Panamá esta noche (miércoles 25 de agosto), no sin antes despedirse de los miles de panameños que lo saludarán esta tarde, tras una faena realmente ejemplar.

Estas medidas, tomadas en un arrebato de "dignidad nacional" por la presidenta panameña, podría colocar al entrante gobierno de Martín Torrijos en una coyuntura difícil aún cuando el ministro de Relaciones Exteriores, Harmodio Arias Cerjack, acaba de declarar que las relaciones diplomáticas y comerciales no han sido rotas. Torrijos tomará posesión del cargo el 1º. de septiembre próximo.

Definitivamente será difícil la situación creada al nuevo gobierno, si la presidenta Moscoso decide otorgar el indulto a los cuatro terroristas anticubanos, Luis Posada Carriles, Pedro Remón, Gaspar Jiménez Escobedo y Guillermo Novo Sampol, asesinos confesos que guardan prisión en Panamá por el atentado al presidente de Cuba, Doctor Fidel Castro, que debió tener lugar en el Paraninfo de la Universidad de Panamá cuando el mandatario se dirigiría a miles de asistentes que acudieron al acto de bienvenida.

Afortunadamente, el atentado fue descubierto a tiempo por la inteligencia cubana que, conjuntamente con las autoridades panameñas, desmantelaron el plan terrorista que hubiese matado a miles de panameños, destruido la Universidad de Panamá, el Hospital y la Policlínica del Seguro Social y barrios aledaños, incluyendo a toda mi familia y a mí mismo.

Mireya Moscoso ha dicho que "no pensaba" dar un indulto a los terroristas, pero ahora, tras el Comunicado del gobierno de Cuba que advertía su intención de romper relaciones si la presidenta panameña liberaba de ese modo a los terroristas, la presidenta ha dicho que "lo está pensando". Pero un indulto no es posible porque el proceso judicial aún no ha culminado al encontrarse en la fase de apelación. La presidenta Moscoso debe respetar y abstenerse de intervenir en el Órgano Judicial.

De no hacerlo, y de otorgar un indulto ilegal, habrá dado la razón al gobierno de Cuba, que ha señalado que la Primera Dama, Ruby Moscoso de Young, es el enlace entre cubanos de Miami y el gobierno panameño en unas tratativas que están en boca de exiliados anticastristas. Pero es más fácil romper relaciones que restaurarlas, y en el caso de Cuba el asunto puede complicarse con el nuevo gobierno, porque debe darse por descontado que el de Estados Unidos (EU), con un Roger Noriega y un Otto Reich en el Departamento de Estado – furibundos anticastristas -- harán todo lo imaginable para impedir que el gobierno de Martín Torrijos reanude relaciones con la Isla.

La liberación de los terroristas demostraría la falsedad de los compromisos de Panamá en la lucha contra el terrorismo internacional, pero desenmascararía aún más la fementida guerra antiterrorista de Estados Unidos (EU) si se confirma la denuncia cubana de que el Secretario de Estado, Colin Powell, le solicitó a Mireya Moscoso, durante su visita a Panamá en noviembre del año pasado, dejar en libertad a los cuatro terroristas anticubanos después del juicio. Para el gobierno de Bush, los terroristas serían "luchadores por la libertad" (freedom fighters).

Moscoso ha dicho que Cuba está interviniendo en los asuntos internos de Panamá, pero el caso de los terroristas no es un asunto "interno" de Panamá: es un asunto internacional que está bajo la jurisdicción de Cuba, Venezuela y Panamá, no solamente por la jerarquía transnacional del delito sino porque tanto Cuba como Venezuela han solicitado la extradición de los terroristas por casos pendientes en sus tribunales, algo que Moscoso no puede ignorar graciosamente.

Si fuese cierto que la "dignidad nacional" habría sido ofendida por Cuba, apenas sería justo mencionar otros casos más dignos de su rabieta. El mismo Colin Powell no solamente habría intervenido en los "asuntos internos" de Panamá sino que, peor aún, le habría dictado órdenes a la presidenta. La embajadora de Estados Unidos (EU) en Panamá, Linda Watts, dictó una conferencia abiertamente intervencionista en la cual acusó al gobierno panameño de corrupto; señaló la podredumbre, los males y vicios del Órgano Legislativo y del Órgano Judicial; denunció que la riqueza de Panamá estaba "en manos de 80 personas", y la presidenta Moscoso no se indignó o no lo hizo públicamente, ni el Ministro de Relaciones Exteriores le pidió que abandonara el país. Tan solo la citó a su despacho, tras lo cual, muy sonreídos, declararon que las relaciones entre ambos países eran "excelentes".

Si el indulto se otorga, los cubanos exiliados en Miami tendrán razones para agradecerle el favor a la Administración Bush, y quizás ese sencillo gesto pudiera devolverle a George W. Bush el voto que había perdido en Florida luego de anunciar las recientes drásticas medidas que dicho mandatario decretó contra Cuba. Éste, y no el insulto ni el indulto, es el verdadero quid de la cuestión.

La Presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, indultaría a los terroristas anticubanos presos en ese país

Nota oficial del Gobierno Revolucionario de Cuba

El pasado día 14 de agosto, el Ministerio de Relaciones Exteriores denunciaba a la opinión pública internacional rumores que circulaban en medios de la mafia terrorista de Miami que indicaban que la Presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, indultaría a los terroristas presos en Panamá y que esta decisión se tomaría entre el 15 y el 30 de agosto.

En las últimas horas han tomado fuerza en Panamá y Miami los comentarios sobre la inminencia del indulto a los cuatro terroristas anticubanos.

En círculos contrarrevolucionarios en Miami se habla con seguridad de que Mireya Moscoso cumplirá su compromiso de indultar a los terroristas en los próximos días antes de culminar su mandato.

Amigos en Panamá han confirmado los mencionados rumores y aseguran que la Presidenta panameña, ha tomado ya la decisión de indultar a los terroristas de origen cubano, Luis Posada Carriles, Gaspar Jiménez Escobedo, Pedro Remón y Guillermo Novo Sampol; detenidos, enjuiciados y sancionados en la República de Panamá por intentar asesinar al compañero Fidel, en ocasión de la Cumbre Iberoamericana realizada en ese país, y en el que hubieran sido masacrados también, cientos de hijos de esa hermana nación.

El Gobierno Revolucionario denuncia esta nueva afrenta al pueblo cubano y reitera que, de producirse el indulto a los terroristas presos en Panamá, la responsabilidad histórica y las consecuencias que se deriven de esta indigna decisión caerán enteramente sobre la presidenta Mireya Moscoso y su gobierno.

El pueblo de Cuba, que ha sido víctima del terrorismo más feroz durante más de cuatro décadas, los familiares de los más de tres mil muertos causados por acciones terroristas, los miles de heridos, no podrán comprender nunca este acto infame y traidor de la señora Moscoso.

La presidenta panameña cargará con el estigma y la inmoralidad de haber liberado a asesinos confesos, a terroristas de la peor calaña. Pasará a la historia como benefactora del terrorismo y de estos connotados criminales de origen cubano.

La infamia que está a punto de ejecutarse no solo constituye una aberración desde el punto de vista político sino también desde el punto de vista legal, vale la pena señalar que en Panamá, el indulto, de acuerdo con lo que establece la legislación de ese país, es una atribución del Presidente de la República, la cual para que pueda ser ejercida, requiere que el proceso judicial haya concluido y exista una sentencia firme. Este no es el caso del proceso contra los mencionados terroristas, el cual aún se encuentra en fase de apelación. De manera que, el otorgamiento del indulto en este caso, sería un acto contrario a la propia legislación panameña.

Resulta sumamente esclarecedor comprobar que el pretexto que han estado utilizando desde el principio los abogados defensores de los terroristas, de que estos son unos ancianos enfermos es, precisamente, el que pretende utilizar la Presidenta para justificar su "gesto humanitario". Este elemento sería suficiente para confirmar de dónde provienen las presiones y el chantaje político que mueve todo este caso.

La perfidia y falacia con que se ha planificado este indulto, no podría reflejar mejor la podredumbre ética y moral que acompaña a esta decisión.

La liberación de los terroristas ha sido insistentemente exigida a la presidenta Moscoso por la mafia contrarrevolucionaria de Miami y los cabecillas de las bandas terroristas que desde allí operan. Se ha conocido que la hermana de la presidenta panameña, la señora Ruby Moscoso, se mantiene en comunicación constante con la contrarrevolución miamense y ha sido pieza clave en las gestiones para su liberación.

Es ampliamente conocido que durante la visita del Secretario de Estado de los Estados Unidos a Panamá con motivo del Centenario de la República, en su entrevista con la Presidenta Mireya Moscoso, este solicitó la liberación de los cuatro terroristas después que concluyera el juicio.

En el marco del actual contexto electoral estadounidense, la Administración Bush, busca afanosamente los votos y el dinero de los sectores más recalcitrantes de la población de origen cubano de la Florida. Esta Administración norteamericana ha demostrado con creces que en aras del logro de sus objetivos políticos, no se detiene ante principios éticos, morales o del derecho internacional.
Desafortunadamente, la presidenta panameña, en franco desconocimiento de la digna lucha que muchos gobiernos y pueblos en el mundo llevan a cabo contra el terrorismo, da la espalda a la justicia, a las víctimas de las criminales acciones de estos terroristas, al pueblo cubano, al pueblo de Panamá y a todos aquellos que honestamente luchan contra este flagelo mundial.

Para el pueblo de Panamá nuestro eterno agradecimiento por habernos acompañado durante todos estos largos años con su solidaridad y apoyo. El pueblo y gobierno cubanos siempre sabrán distinguir entre las acciones del heroico pueblo panameño y la perfidia de sus gobernantes.

El Gobierno Revolucionario de Cuba en nombre de los familiares de las víctimas de los actos de terrorismo cometidos por estos asesinos y de todo el pueblo cubano, llama a la opinión pública internacional y a todos los gobiernos del mundo a condenar e impedir esta irracional decisión de la señora Mireya Moscoso.

Deseamos por último advertir, con toda seriedad, que si no se rectifica la decisión tomada, y se lleva a cabo el indulto de los monstruosos criminales mencionados, las relaciones diplomáticas entre la República de Cuba y la República de Panamá quedarán automáticamente rotas en el mismo instante en que se produzca la noticia.

La Habana, 22 de agosto de 2004